top of page

© Luisa María Charry Valencia.

Todos los derechos reservados.

Japón...

Haiku, Medellín.

Pared.jpg
Maid.jpg
Muñequitos.jpg
Barra.jpg
Pantuflas.jpg

Tal vez lo más importante en Haiku Cafe Maid son las Maids. Ellas te reciben con un saludo larguísimo japonés al bajar las 16 escaleras. Sí, es un sótano. La entrada es un vidrio colapsado de imágenes de comics, manga y videojuegos.

Dos cuadros grandes te reciben, es Daft Punk.

Las meseras, al sentarte en una de las mesas plásticas con un mantel vinotinto, te darán un menú pero la atención irá directamente a un 'manual de conducta', no al servilletero ni mucho menos al salero; no puedes tocar a la maid, ni pedirle su número, ni redes sociales y ni se te puede pasar por la cabeza esperarla afuera. 
Es un sitio completamente sencillo, con un gran televisor para jugar mientras tanto. En las paredes blancas hay cuadros, desde 30x30 cm hasta una pintura gigantesca de una chica jap
onesa, como de dos metros cuadrados. Contrasta y le suma esa gracia particular de adentrarte en otro mundo, uno concebido de una manera diferente, incluyendo el atuendo y maquillaje que hace que las meseras sean la personificación misma de otra cultura.  
La música tiende a no ser de mero ambiente, suena fuerte. Se puede escuchar la banda sonora de Digimon y cambiar repentinamente a Paramore, o tal vez tres canciones de Linkin Park. Obviamente no puede faltar unas cuantas canciones de J-pop
Además de las mesas, hay vitrinas, en ellas se encuentra desde pantuflas hasta figuras de colección. Todo en venta. 

Pero este lugar no es exclusivamente un restaurante, es más, sólo lo es los domingos desde la 1:0o hasta las 19:00. Entre semana se transforma, confluyen chicos y adultos, hacen talleres de dibujo manga, o aprenden japonés. O simplemente abandonan la realidad colombiana para vivir en ese mundo lleno de colores brillantes.

 

bottom of page