7:40 llega la bebida. Espesa. Mucho. La pruebas. Sí, no tiene un fuerte sabor a mango si alguna vez te preocupó. Es suave. Es un rico yogurt que tiene coco rallado o tal vez almendras. Bolitas de colores. Es todo un carnaval. ¡Oh! pero ¡por Dios! deja de saber a mango y aparece un cardamomo al parecer, o ¿será romero? ¿Quién carajos pensó echarle especias al jugo? Pero si bien lo piensas es un jugueteo de sabor salado y dulce.  Es extraño, no estas acostumbrado a algo así, pero sabe raramente bien. 

 

Pasaron 5 minutos, tal vez, y te han traído el cordero. En un bowl que parece de metal. Es un "caldo" de cordero cocinado con crema de yogurt y posiblemente una combinación exótica de especias. Lo pruebas, recuerdas que pediste nivel 2 de picante. Apenas es tu primera vez y los indios tienen fama de gustarles el verdadero picante. Sabe delicioso. Lo sé, es innegable. Tampoco puede negarse que resulta ser una comida llena de sensaciones y que es pesada. Ahora entiendes por qué el juego es tan suave. Calma el picante, un picante que hace que explote el sabor cada que llega a tu boca la combinación del "Roti" con ese muy bien cocinado cordero. También te traen en otra tacita de metal, arroz blanco. Simple. Muy simple. Puedes combinarlo con el cordero, será otra combinación perfecta.

 

El bowl es grande. De ahí pueden comer perfectamente dos personas, si cada una come moderadamente. Comprar varios "Roti" y disfrutar alrededor de esa pequeña mesa de madera.

Tal vez hacia las 8:20 p.m. estarás  terminando. Para esa hora tu mesa no será la única ocupada. Ese miércoles se llenaron otras cinco y mientras dialogaban sobre matrimonios o viajes, degustaste una comida que finaliza con más especias; sí, llega la amable mesera, porque además tiene un servicio amigable, y trae consigo otra tacita, te dirá: "come con una cucharita, eliminará el aliento del picante o cualquier mal olor que resulte, tiene cardamomo, menta, yerbabuena, comino, anís y otras que no me acuerdo". Entonces después de pagar sales con la tranquilidad que en tu memoria quedó la explosión de sabores más exuberante de la que has sido victima y a la vez victimario, pero no quedó rastro alguno de esa cita no sé qué tan culposa con las especias.